El huracán vegano ha llegado también al mundo de la belleza.
Champús, pintalabios, maquillaje, jabones, cuidado facial y personal: la cosmética vegana es una realidad y las marcas que ofrecen soluciones libres de crueldad animal se van multiplicando.
No obstante, no hay que fiarse de todo lo que los reyes del marketing nos enseñan. Por eso, queremos darte toda la información para que pongas siempre en tu cesta productos 100% éticos, evitando compras equivocadas.
Indice
¿Qué es un cosmético vegano? ¿Y uno cruelty-free?
- Un cosmético vegano es un producto que no contiene ingredientes de origen animal, ni derivados.
- Un cosmético cruelty-free es un producto que no ha sido testado en animales.
Erróneamente, mucha gente piensa que un cosmético marcado como «cruelty-free» sea automáticamente vegano y viceversa.
No necesariamente: puede no haber sido testado en animales, pero contener ingredientes de origen animal.
De la misma manera, puede que un producto marcado como vegano haya sido probado en animales.
Como ves, es fundamental diferenciar los dos conceptos y no confundirlos.
Es más, si quieres un cosmético 100% ético, debes asegurarte que sea vegano y cruelty-free a la vez.

Certificaciones ‘Cruelty-free’
Existen varios sellos «No probado en animales», algunos de los cuales reconocidos internacionalmente.
La diferencia entre las distintas certificaciones está en las garantías que ofrecen. Vamos a conocer las más usadas.
PETA Cruelty free
Es el logotipo creado por PETA, la organización internacional que apoya los derechos animales.
Para usarlo las empresas tienen que pagar unos gastos fijos y firmar una declaración donde se comprometen a no ejecutar, comisionar o pagar pruebas sobre animales, tanto para los ingredientes, como para el producto final, ni directamente ni a través de sus proveedores, en ningún país del mundo.
La debilidad de esta certificación está en el hecho que las empresas adherentes no están sujetas a ninguna auditoría independiente.
Así que lo único que podemos hacer es confiar en que estén declarando la verdad.

Leaping Bunny
Las empresas que llevan el logotipo Leaping Bunny firman una promesa con la que se comprometen a no usar ingredientes testados en animales ni a probar el producto acabado en ninguna fase del proceso productivo.
Lo que hace más efectivo este compromiso es que pueden estar sujetas a auditorías independientes y están llamadas a renovar su promesa cada año.

¿Y si no hay sello?
Hay empresas que pese a no testar en animales, no exponen ningún sello internacional o ponen simplemente «No testado en animales» en la caja.
Se trata sobre todo de pequeños productores.
¿Habrá que fiarse? Pues esto es subjetivo.
Si es un producto fabricado y comercializado sólo en la Unión Europea, deberíamos quedarnos más tranquilos… pero no 100% y ahora te explicamos el porqué.
Ley Europea sobre test en animales
Si vives en la Unión Europea, debes saber que la ley comunitaria ya prohíbe la venta de productos y el uso de ingredientes testados en animales.
Lamentablemente esto no significa que todos estén 100% vetados.
Como aclara la UE, la ley admite unas cuantas excepciones para asegurar que el ingrediente o el producto acabado no sea dañino para la salud cuando las pruebas alternativas no se consideran suficientes.
Además ocurre que algunos ingredientes estén incluidos también en otras categorías (como la de limpieza o farmacéutica) donde sí están previstos tests sobre animales.
Y finalmente hay otro importante vacío legal: para ser introducido en la UE, un producto no puede ser testado en animales. Pero esto no veta que el mismo sea probado fuera de Europa bajo un panorama legislativo diferente.

Tests sobre animales en el resto del mundo
Hay países, como Estados Unidos, donde los tests sobre animales no son obligatorios.
Y hay otros, como China, donde estas pruebas se requieren por ley. Por lo tanto si una empresa europea o americana quisiera entrar en el mercado chino, estaría obligada a testar sus productos sobre animales en este país.
Es lo que ha pasado con L’Óreal y Mac al centro de una gran polémica porque, por un lado, rechazan públicamente estos tipos de barbaries, y por otro, testan sus productos sobre animales para vender en China.
Todo un ejemplo fue la maquilladora y tatuadora Kat Von D, que decidió no vender su marca de maquillaje vegano en China para no someter sus productos a estas pruebas.
La buena noticia es que el Parlamento Europeo está liderando una iniciativa diplomática para que se ponga fin a los experimentos sobre animales en todo el mundo. ¡Ojalá prospere pronto!
Certificaciones veganas
¿Cómo reconocer un producto vegano?
La primera opción pasa por averiguar la presencia de un sello «vegano».
V-Label de la Unión Vegetariana Europea
V-Label es la certificación vegana más utilizada en Europa.
Se aplica a cualquier tipo de producto, alimentario o no, y garantiza que el producto sea vegano y que al mismo tiempo (junto con sus ingredientes) no haya pasado por tests sobre animales.
Te habíamos hablado del sello V-Label también en nuestra guía sobre cómo leer las etiquetas y en el artículo sobre los vinos veganos.

Vegan de The Vegan Society
Es el sello emitido por la Vegan Society inglesa.
Se aplica tanto a alimentos como a cosméticos, y garantiza que los mismos sean veganos y que el producto acabado y sus ingredientes no han sido testados en animales.
Los productos que presentan un alto riesgo de contaminación (por ingredientes animales) durante el proceso de fabricación, pueden ser auditados.

Los sellos Vegan de la Vegan Society y el V-Label son los más comunes, pero no los únicos… también puedes encontrar:
VeganOK
VeganOK una certificación de origen italiana cuyo uso se ha expandido también al resto de Europa y se aplica a cualquier producto, alimentario, cosmético, de limpieza, ropa e incluso a los restaurantes.

Peta Cruelty Free and Vegan
Es otro logotipo de PETA que además de certificar el producto como cruelty-free, garantiza también la ausencia de ingredientes animales.

Certified vegan (vegan.org) de Vegan Awareness Foundation
El sello de la Vegan Awareness Foundation garantiza que el producto sea libre de ingredientes de origen animal y cruelty free a la vez.
Para la aplicación de este logo, las empresas se comprometen incluso a tomar medidas para limpiar utensilios, maquinarias, recipientes y superficies usadas en el proceso de producción si se usan también para fabricar productos no veganos.

Cosméticos veganos por accidente
Como para los alimentos, existe la posibilidad de que en el mercado hayan productos de belleza veganos por accidente.
Se trata de cosméticos que no tienen certificación vegana ni sello, pero que han sido realizados sin ingredientes de origen animal.

Si no hay certificación, lee los ingredientes
A falta de cualquier certificación, leer la etiqueta (el INCI) es necesario para que tengas una idea sobre la naturaleza de los componentes.
No sólo para saber si son accidentalmente veganos o no, sino también para entender si hay algún alergeno o ingrediente que puede ser potencialmente tóxico para la salud.
A menudo se usan químicos que sí son legales y no son de origen animal, pero cuya seguridad a largo plazo no está todavía demostrada.
Nomenclatura INCI: ¿qué es?
INCI (International Nomenclature of Cosmetic Ingredients) es la nomenclatura internacional de los ingredientes para cosméticos, basada sobre nombres ingleses y latinos.
Cuando hablamos de INCI de un producto, nos referimos por lo tanto a la lista de sus ingredientes.
El INCI es obligatorio en la UE desde los años 90.
Los ingredientes están indicados en latín o inglés y para los principios activos vegetales se indica el nombre botánico. Por ejemplo, el aceite de almendras está en los INCIs como prunus amygdalus dulcis oil.
Los colorantes artificiales están indicados con un CI seguido por un número.
Los ingredientes ecológicos están marcados por un asterisco (*) mientras que los ingredientes que están producidos a partir de otro ecológico llevan dos (**).

Reglas básicas del INCI
Por norma europea, los ingredientes en la etiqueta se enumeran en orden decreciente, según la cantidad.
Los primeros componentes del listado son los que tienen mayor concentración. Así que si alguno potencialmente tóxico está puesto al principio, será mejor evitarlo.
Hay pero una trampa: hacen excepción los ingredientes presentes en cantidad inferior al 1% que el fabricante puede mencionar en cualquier punto de la lista.
Por lo tanto pueden haber productos que llevan componentes naturales muy caros en cantidad ínfima y que aún así están indicados al principio del INCI para engañar al consumidor.
Delante de la incoherencia de la ley, la única solución es dejarnos guiar por la seriedad de la marca que compramos.

Apps para leer las etiquetas de los cosméticos
Descifrar el INCI, osea el etiquetado del cosmético, puede ser pero una tarea muy complicada.
Para salir de dudas y facilitarte la vida, puedes usar alguna app para tu smartphone.
Nosotros te recomendamos Ingred e INCI Beauty, ambas en español.
Ingred
A través de una foto tomada al momento, Ingred analiza todos los ingredientes del cosmético (funciona también para los alimentos) y te indica cuáles son aceptables o dañinos para la salud.
En alternativa, puedes usar la búsqueda manual para conocer los detalles de un ingrediente específico.
Cada elemento viene acompañado de una explicación detallada y clasificado según su nivel de peligrosidad: tolerable (verde), riesgo medio (naranja), riesgo alto (rojo).
Ingred analiza también alimentos. Para los veganos, Ingred incluye una función que evidencia cuáles aditivos son compatibles con tu dieta.
Puedes descargar gratis Ingred para Android e iPhone.

INCI Beauty
De forma similar funciona INCI Beauty, nuestra favorita.
La aplicación, muy recomendable, está traducida al español y dispone de una interfaz cuidada, sencilla y fácil de usar.
Te permite de:
- Escanear un producto para comprobar su composición.
- Buscar un producto por ingrediente o por categoría (higiene corporal, cuidado facial, maquillaje, peluquería, limpieza del bebé, etc.).
Cada producto analizado recibe una puntuación que te ayuda a entender rápidamente si sus componentes son buenos o de riesgo. Lo interesante es que por cada ficha de producto se proponen también alternativas.
Los principales ingredientes están documentados y clasificados según su origen (vegetal, animal o sintética) y nivel de riesgo/toxicidad (verde, naranja y rojo).
INCI Beauty ofrece también la oportunidad de consultar el historial de búsquedas y guardar tus productos favoritos.
Puedes descargarla gratis para Android, iPhone y PC Windows.

Interpretar el INCI: ¿Ingredientes malos o buenos?
Si al mirar el INCI de un producto, algunos están indicados en rojo, ¡no cunda el pánico!
Al igual que Ingred, hay varias apps que te ayudan a analizar la etiqueta y cada clasificación es subjetiva porque basada en aspectos diferentes: toxicidad, capacidad de provocar alergias, biodegradabilidad e impacto sobre el medio ambiente.
Así que algunos ingredientes podrían estar marcados en rojo por un lado y en amarillo por otro (o viceversa), según el criterio utilizado.
Hay que considerar también en qué porcentaje está presente el ingrediente en cuestión. Uno con sello rojo al principio del INCI es seguramente más preocupante de otro que esté al final de listado.
Ante cualquier duda, lo importante es documentarse y decidir si para nosotros el producto es aceptable o menos.

Cosmética vegana: previsiones de mercado
Según un estudio del Grand View Research, la industria de la cosmética vegana está a la alza y se prevé que alcanzará un valor de 20,8 mil millones de dólares dentro del 2025.
Un crecimiento impresionante comparándolo con los 12,9 mil millones del 2017.
Los «Millennials» (jóvenes nacidos entre los años 80 y el 2000) encabezan y empujan esta tendencia. Y no es un caso, como ya demostrado en una reciente encuesta en Reino Unido.
Las mayores empresas de cosmética se están moviendo hacia esta nueva tendencia, desarrollando cada vez más productos con ingredientes a base vegetal o mineral.
Cuidado pero a no dejarse engañar: un producto vegano no es necesariamente un producto natural.
Cosmética vegana y natural no son sinónimos.

Qué es la cosmética natural
Cuando hablamos de cosmética natural nos referimos a productos de belleza producidos a partir de ingredientes presentes en la naturaleza, tanto de origen vegetal (aceites naturales, flores, aceites, etc.), como mineral (agua, silica, etc.) o animal (miel, leche, papea real y la lanolina) que hayan pasado por una transformación mínima y no perjudicial por el medio ambiente.
Aún así se admite el uso de ingredientes químicos, pero en cantidad muy reducida y siempre y cuando no resulten dañinos para el hombre y la naturaleza.
Sí, porque crear productos sólo con ingredientes 100% naturales es muy difícil.
Por ejemplo para que el coco (que es un ingrediente natural) pueda usarse con efecto detergente, tiene que estar sometido a un proceso más o menos contaminante.
Cuanto más natural sea el listado de ingredientes, menos agresivo será el producto sobre la piel y menor el impacto ambiental del mismo.
Diferencia entre cosmética vegana y natural
Como hemos visto un cosmético natural puede contener ingredientes que, aunque presentes en la naturaleza, derivan de la explotación animal, como la miel o la jalea real.
Estos productos, aunque naturales, no podrían calificarse como veganos.
De la misma forma hay cosméticos veganos que contienen ingredientes sintéticos creados en laboratorio en cantidad superior a los que la cosmética natural admite. Así que serían veganos pero no naturales.
Está claro que son dos conceptos distintos.

Qué es la cosmética biológica u orgánica
Dentro de la cosmética natural nos encontramos con la biológica (bio, eco, ecológica o orgánica), en la que parte de los ingredientes son de cultivo biológico, y por lo tanto producidos sin fertilizantes, pesticidas u otros químicos.
Cosmética natural y eco: las certificaciones
No existe una normativa que defina exactamente lo que puede considerarse un cosmético natural o biológico y lo que no.
Así que a falta de una ley, la calificación «natural» y «biológica» está marcada por algunas certificaciones, cuyos requisitos pueden ser diferentes.
Las más comunes en la Unión Europea son:
- Ecocert – Cosmos organic: Es una certificación de origen francés que promueve el uso de productos naturales saludables para el consumidor, el uso responsable de los recursos naturales y de envases reciclables.
Se garantiza que alrededor de un 99% de los ingredientes es de origen natural y se admite el uso en cantidad reducida de ingredientes sintéticos (como conservantes) aprobados.
El 95% de productos vegetales empleados tiene que provenir de cultivo ecológico y en total tiene que haber un 20% de ingredientes bio. Está vetado el uso de OGM. - Bio Inspecta – Bio Vida Sana: Es una certificación española que quiere promover el uso de productos respetuosos con el hombre y el medio ambiente.
Establece tres categorías basadas en la cantidad de ingredientes ecológicos aportada.
Se pueden emplear productos naturales de origen vegetal (biológicos y no), mineral o animal pero en ningún caso transgénicos, nanopartículas, productos contaminantes y ejecutar tests sobre animales.
Están tolerados en cantidad mínima aditivos y otros productos no naturales contenidos en un restrictivo listado. - Natrue: Es una certificación alemana que se preocupa tanto para el hombre como para la sostenibilidad de los productos.
Solo permite el uso de productos naturales o naturales-idénticos y nada de ingredientes artificiales.